sábado, 23 de mayo de 2015

Jornada de reflexión: entre la amargura y el alivio

Mejor dejarlo escrito hoy, en el día de reflexión. Por si mañana alguien busca en las urnas el bálsamo para aliviar conciencias.
Este 24 de mayo se deciden muchas cosas, pero algunas ya están escritas y no hay elecciones que puedan cambiar la huella que deja lo vivido.
No me moveré ni un milímetro de la consideración que me merecen los que han pervertido la profesión periodística y han convertido los Informativos de la Radio y la Televisión pública de Castilla-La Mancha en un esperpento. Las urnas tiene mucho que decir este domingo, pero hay cosas que ya están decididas; ya se han colocado en el lugar que les corresponde los que han ideado, ordenado, alentado y ejecutado tan infame episodio.
La jornada electoral es un fiel reflejo de esa obra perversa: Los ciudadanos de Castilla-La Mancha pagan con sus impuestos una Radio y una Televisión pública de la que no podrán fiarse cuando este domingo quieran saber lo que ha pasado porque han hecho de la mentira y el engaño su razón de ser.
Por eso se mezclan sensaciones de amargura y alivio en estas horas de reflexión. Amargura inevitable porque, en tan trascendente momento, los que somos y nos sentimos periodistas quedamos apartados de una tarea a la que nos llevó la vocación y a la que seguimos tratando de guardar el respeto que merece. Y alivio porque precisamente lo que 'sobra' este domingo en la Radio y la Televisión pública es periodismo; porque la información ha dejado de tener sentido y lo único que cuenta es el servilismo más rastrero y zafio.
El orden jerárquico establecido es directamente proporcional a la carencia de escrúpulos. Con ese mismo criterio eligen a los colaboradores necesarios en esa labor de fabricar una 'realidad paralela' y por eso estarán a su lado los que -salvo honrosas excepciones- participarán sin rechistar del engaño.
Quede constancia de mi reflexión personal por si mañana alguien tiene la tentación de interpretar los votos como el refrendo a una manera de hacer que ya está juzgada y sentenciada.




viernes, 15 de mayo de 2015

En mitad de la campaña

Esta mañana he escuchado en la radio que estamos en el 'ecuador' de la campaña electoral y me ha sobrevenido un notable bajón anímico. Y como necesitaba una excusa para volver al blog me lanzo a la tarea de buscar explicación.
La primera que se me ocurre es que la desazón es producto de pensar que queda media campaña por delante cuando llevamos casi cuatro años de campaña. Pero esa opción se supera sin problemas porque enseguida caes en la cuenta de que se trata de la campaña oficial, la de los mítines y los políticos con corbata montados en bicicleta, la de la lluvia de millones en el Boletín Oficial....que uno se pregunta en su inocencia ¿pero dónde estaba ese dinero?. Pero bueno, esa es otra cuestión.
Además, reconozco que soy de los que asisten al espectáculo sociológico con interés. No me creo ese dogma tantas veces repetido sobre la inutilidad de las campañas al uso. De hecho, todos los partidos, los de siempre y los 'emergentes', están a la tarea. Reparten banderitas, exhiben carteles, colocan eslóganes en los telediarios y reparten besos, muchos besos. Por algo será.
Reconozco que, en mi caso, esto tiene mucho de deformación profesional; aunque en esta ocasión es más nostalgia profesional que deformación. Pero esa también es otra cuestión.
O no. Tal vez forma parte de lo mismo. Supongo que también me afecta esa ansiedad colectiva que detecto por coger sobre y DNI y plantarnos delante de la urna. Un amigo lo expresa a su manera: voy a pegar un 'votazo' el 24M....
Algunos políticos, tan dados a colocarse medallas, podrán presumir de haber logrado motivar a los ciudadanos para que participen con entusiasmo en la gran fiesta de la democracia. Bien es cierto que el mayor mérito (si así pudiera llamarse) consiste en haber hecho y dicho todo lo que se puede hacer y decir -o un poco más- para que tengamos estas ganas de que nuestro voto sirva para poner en su sitio a quien tanto empeño ha puesto en hacernos la vida imposible.
Sea.



Nota: Luego contaron en la radio que ha muerto BB King y la jornada se hace más llevadera con ese regusto del que puede decir: yo estuve una vez en un concierto suyo. No hacía falta ser un incondicional del blues para saber que allí delante estaba ocurriendo algo 'grande'.